lunes, 27 de abril de 2020

Los y las trabajadoras de la educación de la Escuela Pública en tiempos de pandemia.

 Prof. Martin Felice  Prof. Martin Fioretti

Transitamos una coyuntura inédita en la historia del sistema educativo argentino. Jamás estuvieron vacías las escuelas por más de 40 días durante un ciclo lectivo. No hubo más de diez días de paralización cuando en el contexto de la Reforma Universitaria, en octubre de 1918, la sociedad estuvo asolada por la fiebre española, o en un episodio más reciente, cuando en el 2009 hizo aparición la gripe A. Esos dos recortes momentáneos del sistema educativo argentino no fueron nada en comparación con la actual pandemia.  
Estamos inmersos en una problemática a nivel global, en donde el principal culpable es el neoliberalismo y el capital financiero. Este actual modelo político, económico, social y cultural, que le hace tanto daño a la humanidad y al medio ambiente, tiene un objetivo principal: el lucro y concentración de la riqueza en pocas manos. 
Siempre, ante una problemática como la actual, o ante una crisis económica y social, la Escuela Pública fue (y es) sostenida por los y las trabajadoras de la Educación. A la dictadura le pusimos el
pecho, y eso llevó la vida de 600 compañerxs trabajadorxs: docentes y auxiliares. Luego, con la vuelta de la democracia se produce la segunda oleada neoliberal, que se acentuó en los 90’. En esta última coyuntura lxs compañerxs sostuvieron la Escuela de nuestros pibes con las luchas sindicales que hoy son hitos de las luchas sociales argentina: La Marcha Blanca y la Carpa Blanca son algunos de aquellos ejemplos.  
Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández hay un cambio de paradigma en cuanto a las políticas públicas. El sistema educativo es puesto en un lugar preponderante y al servicio de nuestro pueblo. Algunas de las políticas socioeducativas de principios del siglo XXI fueron: La sanción de la Ley de Financiamiento Educativo, que llevó el presupuesto educativo del 2,5 al 6% del PBI y puso en marcha a la Paritaria Nacional Docente; la Ley de Educación Nacional, por la cual el gobierno nacional vuelve a tener relevancia en las políticas públicas sobre educación; la Ley de Educación Sexual Integral, tan necesaria en estos tiempos de femicidios; la Ley de Educación Técnico Profesional, poniendo de pie a la Educación Técnica destruida por el menemismo; el Plan Conectar Igualdad, que entregó 5 millones de netbook a los pibes de las Escuelas Públicas secundarias y terciarias de todo el país, entre muchas otras. 
En diciembre del 2015 asistimos nuevamente a una nueva oleada neoliberal en la Argentina, desmantelando mucho de los construido en el sistema educativo e intentando mercantilizar la educación de la mano de la ONG al servicio del capital financiero. El macrismo le hizo mucho daño al sistema educativo público, especialmente a los y las trabajadoras de la Educación. Algo imperdonable fue el desmantelamiento del Plan Conectar Igualdad, situación que pone a flor de piel la gran brecha digital que existe entre los estudiantes.  
El macrismo le faltó el respeto a los y las trabajadores de la educación, pero les ganamos las calles. La instalación de la Escuela Itinerante desenmascaró a la Alianza Cambiemos: toda la sociedad vio como les pegaban a los maestros. No solo nos hizo eso, sino que también hizo desaparecer la Paritaria Nacional Docente a través de un decreto y junto al periodismo cómplice de dicho espacio político, nos demonizó ante los padres de nuestros estudiantes. Los principales dirigentes fueron perseguidos, ninguneados y bastardeados en ríos de tinta de la prensa mercenaria. Horas y horas de radio y TV para mentirles a la sociedad de que todos los problemas del sistema educativo eran por culpa de los y las trabajadoras de la Educación y principalmente por sus organizaciones sindicales. 
Con la vuelta de un gobierno nacional y popular, en donde lxs compañerxs docentes tuvimos un gran protagonismo para que se produzca esa vuelta, nos pusimos nuevamente a reconstruir el sistema educativo. Sin embargo, a la pesadísima herencia macrista se le sumo el flagelo del coronavirus. Pero eso no importa, somos partícipes de la acción social con la comunidad educativa, y volvimos a poner el hombro, codo a codo por la Escuela Pública. Somos los y las docentes símbolos de la nación haciendo Patria. A la pandemia la enfrentamos con responsabilidad y solidaridad entre todos y todas.  
En tiempos de cuarentena seguimos haciendo Escuela. Por un lado, creemos necesario seguir manteniendo el contacto con el mayor número posible de estudiantes y ofrecerles actividades para consolidar sus logros y estimularlos intelectualmente. Cada día nos levantamos tempranito a la mañana para recibir por WhatsApp las actividades pedagógicas que les enviamos. No solo les mandamos trabajos que deben leer, también les enviamos videítos explicándoles conceptos o trabajando el vínculo Docente - Estudiante. A pesar de los esfuerzos, es difícil llegar a muchos pibes, ya que no cuentan con ningún tipo de conectividad. Para ellos, el sistema educativo imprimió millones de cuadernillos como plan de contingencia educativa.  No solo decimos lo que hay que hacer, sino que hacemos. Como dijimos antes, le volvemos a poner el pecho a la situación. 
La praxis se define como nuestra acción humana y social que día a día realizamos en construcción multidimensional, la que concebimos como el paladín de la transformación social. Por eso, así, en cada Comunidad Educativa desplegamos actos humanos (muchas veces desvalorizados e invisibilizados) en el adentro y el afuera de las aulas. Y porque los tiempos de la Escuela Pública, no sólo se desarrollan por un futuro mejor para cada uno de lxs niñxs y adolescentes, sino que también se sostiene en el presente con los momentos subjetivos trabajados en presencia colectiva.
La cuarentena no solo hizo evidente la gran brecha digital, que amplió aún más el desmantelamiento de Conectar Igualdad del anterior gobierno. Preservar la salud del pueblo generó una cierta paralización en la actividad económica. Muchos de los padres de nuestros pibes “paran la olla con changas”, estando ahora paralizada la entrada de sustento. Ante esto, nuevamente, los y las trabajadoras de la Educación ponemos el hombro. La entrega de bolsones es otras de las tareas que estamos haciendo. Con hambre no se puede estudiar, y es por ellos que día a día asistimos a las escuelas a preparar y repartir bolsones de alimentos a las familias.  
Hacemos eso porque creemos que en cada Escuela está la Patria y, además, porque estamos convencidos de que la Escuela Pública Enseña, Resiste y Sueña 

Prof. Martin Felice 
Prof. Martin Fioretti

No hay comentarios:

Publicar un comentario